(Rocío)
Fue pintada en la sedunga mitad del siglo XVII (barroco español) por el maestro Murillo. Se encuentra en el Museo del Prado de Madrid y su técnica es óleo sobre lienzo.
El tema es religioso, y al igual que las demás Inmaculadas que pintó el artista sigue un mismo esquema: es una virgen joven, adolescente de rasgos suaves, vestida del blanco (pureza) y con un manto azul, que somete a una serpiente como símbolo del Mal o se apoya sobre una media luna ( que alude a la herejía del Islam, ya que España estaba en contra por ser católica).
La escena se completa con unos querubines que rodean a la Virgen.
El eje central de la composición es la Virgen, apoyada sobre la media luna y unas nubes, alrededor sólo hay masas de aire, nubes y querubines. La profundidad la crea mediante los escorzos y la superposición de personajes.También con un angelito que se intenta ocultar tras el manto de la virgen.
Los colores todos cálidos, dorados, terrosos, exceptuando el manto azul de la virgen. La pincelada es más o menos suelta y los rostros de los angelitos y de la virgen son dulces y amables.
La luz, (excepto en la esquina inferior derecha), es dorada, por influencia veneciana y de Tziano. Y en la esquina es tenebrista porque hay una gran oscuridad y contraste.
Hay movimiento , de los querubines volando y rodeando a la Virgen y comunicación entre ellos y entre ellos y la virgen...
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