viernes, 15 de enero de 2010

San Clemente de Tahull

(Rocío)

La Iglesia de San Clemente de Tahull (en catalán, Sant Climent de Taüll), es una iglesia románica de planta basilical perfecta que se encuentra en Tahull (Taüll, en catalán), en el municipio de valle de Boí, provincia de Lérida, España.


Es un edificio de planta basilical, con 3 naves separadas por pilares circulares (la central más ancha que las laterales), que convergen ligeramente hacia la cabecera. La cabecera está formada por el prebisterio y termina en triple ábside. Además hay una torre exenta en la fachada meridional hacia oriente, cerca de los ábsides. La estructura es rústica, con la piedra de los muros sin tallar.




Alzado, el edificio está sostenido por muros muy gruesos y por pilares de planta circular. En el interior las naves están separadas por 3 pilares cada una, los pilares sostienen arcos de medio punto, las naves carecen de ventanas al exterior.

Cubierta: sobre los arcos se eleva un muro que tiene la suficiente altura para dar lugar a las dos vertientes del tejado, que está hecho de un artesonado de madera. Los ábsides se cubren con cuartos de esfera y con el artesonado, Después por fuera se recubren con tejas.

Torre:(que analizaré por separado) torre campanario es de planta cuadrada y está exenta, aunque edificada muy cerca del edificio. Es alta y esbelta como todas las torres lombardas levantadas en el valle de Boí. Consta de cinco pisos asentados sobre un zócalo macizo bastante alto. En las cuatro caras de cada piso se repite la misma decoración y distinto número de ventanas. En el zócalo hay una sola ventana más los cinco arquillos ciegos. En los restantes pisos varía el número de ventanas, separadas por columnillas cuyos capiteles en forma de zapata están dispuestos perpendicularmente al muro de la torre. Los tres últimos pisos llevan a manera de imposta una decoración de esquinillas como la de los ábsides. En el friso superior hay incrustaciones de cerámica y colorido distinto de la piedra. Todas las torres del valle de Boí siguen el canon (o proporción de medidas) de los minaretes, que consiste en que la altura es igual al perímetro.




Decoración: con pinturas murales románicas realizadas al fresco. En su origen toda la iglesia estuvo revestida con decoración polícroma, las paredes de las naves, lo ábsides, y las columnas. Se han conservado a través de los siglos las pinturas del ábside central, de uno de los absidiolos y de las claves de los otros arcos. Estas pinturas fueron trasladadas al Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) para protegerlas y conservarlas adecuadamente. Las del ábside central fueron reproducciones con copia exacta.

Pinturas al fresco del ábside central: representan el pantocrato en la almendra mística Jesús aparece sentado en una franja transversal que está decorada con dibujos vegetales. A la altura de sus hombros están dibujadas las letras griegas Α y Ω (principio y fin). Jesucristo está en actitud de bendecir con su mano derecha mientras que en la izquierda sostiene un libro abierto en que puede leerse:

«Ego sum lux mundi» "Yo soy la luz del mundo".

A su alrededor se ven cuatro ángeles que llevan los atributos de los cuatro evangelistas(los tetramorfos) y dos serafines de seis alas en las que se han dibujado seis ojos. La zona inferior muestra un fondo de tono azulado sobre el que están dibujadas las figuras de la Virgen y cinco apóstoles, bajo arcos rebajados que se apoyan sobre capiteles foliados. La Virgen está vestida con una toca blanca y un manto azul.
Las características de la pintura románica en España, que se dan en este fresco son:

-Los fondos planos en un solo tono homogéneo, distribuidos en bandas, a veces.
-Se utiliza una línea negra gruesa que delimita el contorno, y el plano que queda dentro se rellena con colores planos, no interesa ni el volumen ni la profundidad.

-Las características de las figuras son las mismas que en la escultura: la inf. bizantina ( ojos grandes, brazos abiertos, pies separados, espiritualidad...), hieratismo y estatismo, desproporción en cabeza, manos y ojos muy grandes (antinaturalismo).

Una característica propia del romáico catalán son los mofletes o coloretes que tienen algunas figuras, como intento fallido de volumen o simplemente para dar un toque de vida o para embellecer.






 

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